Remodelar tu casa puede ser realmente agobiante. Acostumbra a ser bastante invasivo, singularmente cuando estás habitando la casa mientras que se realiza la renovación. En el weblog nos dedicamos a renovar espacios interiores y he visto de cerca lo complicado que puede ser y como afecta las relaciones de pareja y la sanidad mental de las personas.
En nuestros días estoy acabando de renovar mi cocina (que voy a mostrarles terminada en la próxima edición de Quedamos En) y me ha tocado vivir en carne propia los estragos que causa una rehabilitación en casa: todo se llena de polvo, el jardín semeja bodega, ciertos días no hemos usar la cocina, y una larga lista de pequeños inconvenientes. Cuando se trata solo de ciertas semanas podemos hacer la vista gordita y soportar los incovenientes, mas ciertas remodelaciones pueden tardar múltiples meses, aun más de un año, y la paciencia poco a poco se marcha agotando.
Para eludir enfrentamientos al remodelar la casa les dejo las próximas recomendaciones:
Planea
Esto es lo primero, y es una regla que debiésemos aplicar en la vida: siempre y en toda circunstancia planear ya antes de actuar. Te hallarás con menos imprevisibles si eres capaz de planear un proyecto que considere todos y cada uno de los aspectos que implica (eminentemente tiempo y costo). Si esta parte te cuesta, lo mejor es que te aconsejes con un especialista.
Ojo que cuando hablo de planificación no me refiero a diseñar, puesto que si deseas conseguir buenos resultados claramente debieses verlo con un profesional del área.
Cotiza
Toda vez que compras algo es bueno cotizar, y lo mismo aplica cuando vas a remodelar tu casa, en especial por el hecho de que es considerablemente más dinero el que vas a invertir. Ojo que las cotizaciones de una rehabilitación toman tiempo, y por norma general no son sin costo.
En una rehabilitación inciden múltiples aspectos que pueden ser más relevantes que el precio: la experiencia de quien la efectúa, la cantidad de personas en el equipo implicado, la calidad de los materiales usados como revestimientos o porcelanatos, el tiempo, etcétera Con lo que cuando cotices no equipares peras con manzanas.
Aclara tus esperanzas
Este es uno de los puntos más problemáticos. En toda renovación hay por lo menos 2 involucrados: el cliente del servicio y el que efectúa el proyecto, y por este motivo es preciso aclarar con los que trabajarás cuales son tus esperanzas y como es el tu nivel de satisfacción, para asegurarte que lo que te entreguen es lo que solicitaste, puesto que muchas veces el “yo me imaginé…” está solo en la cabeza de uno, y si el diseñador, arquitecto técnico o bien contratista no lo sabe, difícilmente va a llegar a ese resultado.
Cuando el cliente del servicio es más de una persona es preciso primero reunir criterios. Singularmente tratándose de parejas. Es común ver matrimonios donde uno desea una cosa, mas la otra persona espera algo muy diferente, y mientras que no se pongan conforme el resultado no va a satisfacer las esperanzas de los dos.
Enseñar imágenes de referencia de lo que deseas conseguir es lo idóneo para aclarar las esperanzas, así la persona que efectúa la rehabilitación va a saber precisamente lo que deseas.
Prepárate para las sorpresas
Al remodelar siempre y en todo momento nos hallamos con sorpresas que no estaban previstas. Como ejemplo, en ocasiones pasa que al abrir un muro nos damos cuenta que estaba dañado y debemos edificar el tabique nuevamente, o bien que las conexiones de agua no pasaban por donde debían y hay que encauzarlas nuevamente, o bien que la instalación precedente no cumplía con las normativas y es un peligro en potencia… y de esta forma puedes hallarte con un sin número de imprevisibles afines.
De ahí que hay siempre y en todo momento que estar preparado, calculando que el proyecto puede tardar un tanto más de lo presupuestado y sobretodo que puede valer más. Siempre y en todo momento es bueno calcular entre un treinta por ciento a cincuenta por ciento extra, para no quedar corto de presupuesto a la mitad del proyecto.
Lo asequible puede valer costoso
Tal y como les afirmaba, el costo no es lo más relevante, y muchas veces por estimar ahorrar acabamos adquiriendo productos de menor calidad, que terminan estropeándose ya antes de lo planeado, o bien que de forma directa no sirven para lo que precisamos.
En mi trabajo todas y cada una de las labores concretas se derivan a especialistas, como la confección de muebles a la medida, cuadros, iluminación, etcétera Y si bien la mayor parte ha funcionado bien, me ha pasado que por buscar distribuidores más económicos me he llevado sorpresas desapacibles, como personas poco profesionales que no cumplen con lo prometido o bien productos de calidad inferior.